¡Hola a todxs!
¡Por fin estoy en Hassi-Labiad!
Anoche llegué al aeropuerto de Casablanca y me quedé a dormir para coger el avión con destino a Er-Rachidia. Un avión pequeñito, ¡de hélices!, pero muy chulo. Ha volado más bajo de lo habitual, y hemos pasado de Casablanca a las montañas nevadas del Atlas, para después, de repente, pasar a unas montañas desérticas, donde finalmente se divisaba el Oued Ziz (Río Ziz), un sitio que no hay que perderse si se viene por esta zona.
Ya en el aeropuerto de Casablanca te das cuenta de algunas de las costumbres marroquís, como por ejemplo, el que haya gatos en el aeropuerto sin que a nadie le importe (un amigo me dijo que había incluso en los hospitales); su técnica para fregar, (que al no tener fregona tiran pozales de agua y ya se secará...), y su velocidad de trabajo para muchas cosas (el personal de limpieza hablaba, se paseaba, pero trabajar poquico jeje, eso sí, el aeropuerto muy muy limpio).
Aeropuerto de Casablanca, mejor decorado que la T4 de Barajas (¿no?) |
En Er-Rachidia he redescubierto de nuevo la hospitalidad que les caracteriza, un taxista con el cartel de Mario en las manos me estaba esperando, pero en vez de darme un saludo de manos, me ha pegado un buen abrazo (es de agradecer, al menos para mí). Y las 2 horas que ha costado llegar hasta Hassi-Labiad ha conseguido que con su conversación (en inglés) se pasaran en un momento.
A partir de hoy iré actualizando el blog una vez por semana para iros contando las aventuras y desventuras de estos 3 meses, y cosas curiosas que seguro que a algunos os interesan.
Un abrazo a todas y todos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario