martes, 5 de abril de 2011

Ramlya


¡Hola de nuevo!
¿Qué tal vais? Por aquí bien, aunque llevamos 3 días con tormentas de arena… se mete por todos los sitios de la casa… Y no dan ningunas ganas de salir a la calle o al campo.

En fin, el sábado volví de Ramlya, sorprendentemente las 3 horas de viaje en la furgoneta colectiva por pleno desierto se me pasaron enseguida; la ida fue algo más dura, pero se llevó bien.

Agricultor polinizando palmeras
Por Ramlya muy bien redondeando el estudio, ¡cada vez va quedando más consolidado!. Y la vida por allí genial: nos levantamos a las 6, con el amanecer, y en desayunar a trabajar un rato encuestando a un par de agricultores cada mañana. Después Ibrahím, el traductor, me llevaba en moto hasta una colina situada a 10km del pueblo donde había cobertura y así podía llamar a Mattías para hablar de trabajo (para variar jaja). Y después de comer… ¡a clase de alfabetización de árabe! Solo he ido 3 días pero han sido geniales, he aprendido un montón y me lo pasaba bien; las clases son solo para mujeres pero me dejaban entrar; y permitían que copiara jeje. El problema es que hay letras que cuesta mucho pronunciar, las jotas guturales que tienen… es complicadillo. Espero seguir repasando que si no se olvida rápido…
La clase de alfabetización
Y después de 2-3 horas de clase a trabajar un poquito, ver la puesta del sol, cenar, jugar a las cartas… ¡y a dormir que no hay luz eléctrica! Bueno, en la casa había una placa solar y daba para la televisión, la luz del salón y del patio hasta las 10 de la noche o así.
Construyendo el nuevo centro
 Con la gente de Ramlya muy bien, sobre todo con el traductor y su hermana; han sido grandes amigos; ¡espero volver para saludarles! Tuve la suerte de que el traductor hablaba muy bien francés y algo de español; y su hermana controlaba el inglés, así que estuve hablando español, francés, inglés, árabe y bereber; al final un poco de todo y nada (como dice la cita popular: “el que mucho abarca poco aprieta”). A la gente y sobre todo a la familia que me acogió les encantaba que hablara bereber, aunque solo fueran frases básicas y nombres (no sé cuantas veces me hicieron repetir en bereber todas las verduras y animales que entran en el estudio).
La puesta de sol

1 comentario:

Anónimo dijo...

Mario! Soy Anabel. Felicidades por el blog, me ha gustado un montón. Espero que estés disfrutando mucho por allí. Por lo que cuentas se te ve muy a gusto :) Un abrazo y un besico desde Zaragoza